Averroes nace en Córdoba (España) en 1126 en el reino de Al-Ándalus en 1126, en una familia de estudiosos del Derecho. Su abuelo y su padre ocuparon el cargo de cadí (juez) principal de Córdoba bajo el régimen de los almorávides (ver el principio de la entrada anterior en el blog sobre Ramón Llull: http://gim.unex.es/blogs/pablogr/2013/02/17/ramon-llull-1232-1315-uno-de-los-precursores-de-la-computacion-y-de-la-inteligencia-artificial/).
Destaca como filósofo y médico andalusí, maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina. Escribió una enciclopedia médica y sus escritos influyeron en el pensamiento cristiano de la Edad Media y el Renacimiento.
(Escultura de Averroes en Córdoba)
A finales del siglo XII una ola de fanatismo religioso invade Al-Ándalus tras la conquista de los Almohades y Averroes es desterrado a la ciudad de Lucena, cerca de Córdoba, prohibiéndose sus obras. Meses antes de su muerte es nuevamente reconocido por el imperio y llamado a la corte en Marrakech (Marruecos), donde muere en 1198. Muchas de sus obras sobre lógica y metafísica se han perdido definitivamente como consecuencia de la censura y otras que han sobrevivido, ha sido gracias a traducciones en hebreo y latín, y no en sus escritos originales en árabe (de sus libros «sólo» se conservan 87).
(Commentarium magnum Averrois in Aristotelis De Animalibros. French Manuscript, third quarter of the 13th century)
Es importante destacar la influencia que tuvo Averroes en la filosofía occidental. Se trataba de un pensador realmente aristotélico. Defendía la superioridad de la vida contemplativa-teórica frente a la vida práctica (en la línea de lo defendido por Aristóteles). Cubrió temas tales como estética, ética, lógica y zoología. Los comentarios de Averroes renovaron el interés de Occidente por Aristóteles, cuyos trabajos habían sido ampliamente ignorados, o perdidos, desde el siglo VI.
Averroes mantenía que las verdades metafísicas pueden expresarse por dos caminos: a través de la filosofía (según pensaba Aristóteles y los neoplatónicos de la antigüedad tardía) y a través de la religión (como se refleja en la idea simplificada y alegórica de los libros de la revelación). Aunque en realidad Averroes no propuso la existencia de dos tipos de verdades, filosófica y religiosa, sus ideas fueron interpretadas por los pensadores cristianos, que las clasificaron de «teoría de la doble verdad». Esta doctrina sería adoptada por la mayoría de defensores europeos del averroísmo.
Averroes trató de aclarar CÓMO PIENSA EL SER HUMANO y cómo es posible la formulación de verdades universales y eternas. Se diferencia de Arstóteles al remarcar la función sensorial de los nervios y reconocer en el cerebro la localización de algunas facultades del intelecto (imaginación, memoria, …). Averroes sitúa el origen de la inteligencia en la percepción sensible de los objetos inviduales y concreta su fin en la universalización, el proceso consiste en sentir, imaginar y finalmente captar el universal.
Ese universal tiene existencia en cuanto que lo es por aquello que es particular. En cualquier caso, es el intelecto o entendimiento el que proporciona la universalidad a lo que parte de las cosas sensibles. De esta forma expone la necesidad de que la ciencia se adecue a la realidad concreta y particular, pues no puede existir conocimiento directo de los universales.
Averrroes consideraba el alma dividida en dos partes, una individual perecedera (intelecto pasivo) y otra divina y eterna (intelecto activo).
Según Averroes el intelecto activo es común a todos los hombres. El intelecto activo se convierte en intelecto pasivo cuando se halla unido al alma humana. Cuando la facultad imaginativa del hombre recibe las imágenes que le proporciona la actividad de los sentidos, las transmite al intelecto pasivo. Las formas, que existen en potencia en tales imágenes, son actualizadas por el intelecto activo, convirtiéndose en conceptos y juicios.
