El gallego Ramón Verea patentó en 1878 en New York una calculadora que multiplicaba y dividía

En 1878 el periodista y escritor gallego, nacido en A Estrada (Pontevedra) y afincado en EE.UU. (estudió en Santiago de Compostela y emigró a Cuba), Ramón Silvestre Verea García (1833-1899) patentó en Nueva York una calculadora por la que se le otorgó la medalla de oro de la Exposición Mundial de Inventos en Matanzas (Cuba).

 

Ya lo habían intentado entre otros, Pascal y Leibniz, pero hasta que Ramón Verea creó su máquina no se había conseguido ir más allá de sumar y restar con un sistema lento, cansado y tedioso. La calculadora de este gallego era capaz, además, de multiplicar y dividir, de hacerlo exacta e instantáneamente y de permitir hasta quince cifras en el resultado.

 

 

Encima después rechazó todos los intentos de comercializarla o de continuar trabajando en ese campo, que le podría haber reportado mucho dinero y reconocimiento, porque, según declaró al Herald Tribune:

 

Sólo me movía el afán de contribuir con algo al avance de la ciencia y un poco de amor propio. Yo soy un periodista y no un científico y además lo que yo pretendía demostrar… ¡Ya está demostrado!

 

El invento aún se custodia en las dependencias de la sede central de IBM, en White Plains, Nueva York,  y supuso una enorme contribución al futuro desarrollo de la computación. La valiosa pieza forma parte de la colección particular iniciada en 1930 por Thomas J. Watson, presidente fundador de la IBM, quien ya entonces intuía que aquel artilugio formaba parte de la prehistoria de la computación. La Calculating Machine nº 3 pesa 23 kilogramos, 35 centímetros de largo, 30 de ancho y 20 de alto, está hecha de hierro y acero amarillo y tiene un lugar reservado en la historia de la informática. Capaz de sumar, multiplicar y dividir números de nueve cifras, admitiendo hasta seis números en el multiplicador y quince en el producto. La multiplicación se resolvía mediante un método directo basado en un mecanismo patentado por Edmund D. Barbour en 1872, que utilizaba un sistema que obtenía valores en una tabla de multiplicar codificada de forma similar al sistema Braille. La máquina podría resolver 698.543.721 x 807.689 en veinte segundos, una velocidad sorprendente para la época. En cualquier caso, Ramón Verea únicamente pretendía demostrar que los españoles podían inventar igual que los americanos, por lo que su invento sólo ha tenido transcendencia en la historia de la computación como base para futuras máquinas.

 

Tuvo que emigrar a Guatemala, exiliado por su fuerte oposición a la política colonialista americana. Ramón Verea murió de una afección pulmonar en Buenos Aires (Argentina) en situación de extrema pobreza, solo y enterrado en un panteón anónimo.

 

 

Busto de Ramón Verea en A Estrada (Pontevedra):

 

pablogarguez

@pablogarguez es actualmente #Investigador y Profesor Titular de Ingeniería Informática de la Escuela Politécnica en la Universidad de Extremadura en Cáceres. Ha sido Director General de Agenda Digital de la Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital de la Junta de Extremadura, desde septiembre de 2019 a agosto de 2023. Fue Director de la Escuela Politécnica de Cáceres (School of Technology) de la Universidad de Extremadura durante 3 años (2017-2019), con titulaciones de grado, máster y doctorado en los campos de Ingeniería Civil, Edificación, Informática y Telecomunicaciones. Su trayectoria docente comienza en 1997 básicamente en asignaturas de Programación y de Bases de Datos. Su actividad investigadora se ha centrado en el Reconocimiento de Patrones y la Ciberseguridad. Fruto de esta labor de investigación, resaltar que es coautor de más de veinte artículos publicados en revistas internacionales indexadas en JCR, con un índice H de 12 en cuanto a las citas conseguidas por estos artículos. Actualmente tiene 3 sexenios de investigación a nivel nacional, y el último de ellos es un sexenio vivo (activo). También posee un sexenio de transferencia en la única convocatoria abierta hasta ahora por el Ministerio (2019).

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