DEFENSOR UNIVERSITARIO UEX: «Mi cargo no está pensado para ser un contrapeso al del rector»

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«Mi cargo no está pensado para ser un contrapeso al del rector»
30.05.11 – 00:06 –
ARACELY R. ROBUSTILLO | BADAJOZ.

No tiene despacho, teléfono ni dirección de correo oficiales, pero la Universidad de Extremadura ya tiene Defensor Universitario. Una figura que está reflejada en los estatutos desde el año 1985, pero que no ha conseguido tener nombre y apellidos hasta ahora: Vidal Luis Mateos Masa, un licenciado en Físicas nacido en Cáceres hace 49 años. Esta no era la primera vez que optaba al cargo pero finalmente logró la mayoría de los votos del Claustro el pasado 13 de abril. De momento, dice estar frustrado por la lentitud con que está echando a andar su labor.

-¿Por qué ha sido tan difícil para la UEx materializar la figura del Defensor Universitario?

-Pues, entre otras cosas, porque nuestro reglamento exigía una mayoría superior a la que se utiliza para elegir rector. La UEx, como cualquier otra ‘sociedad’, tiene ‘familias’ y poner de acuerdo a los diferentes grupos para lograr una mayoría alta, es complicado. Durante todos estos años ha sido imposible. De hecho, somos la penúltima universidad (queda la del País Vasco) que no tenía Defensor. Una singularidad.

-Sin embargo, imagino que considera que era un cargo necesario porque lleva más de una década optando a él.

-Por supuesto. De hecho, solo llevo unas semanas en el cargo y ya he podido comprobar un ejemplo de la ‘inundación’ que se me va a venir encima. La demanda, por tanto, es muy alta y pese a que todavía no hemos empezado a tramitar casos, ya recibo visitas, correos y llamadas de personas solicitando mis servicios.

-¿Por qué se está demorando la puesta en marcha de su labor?

-Reconozco que yo mismo nunca pensé que fuera a ser tan difícil. Pensaba que lo complicado era la elección y que luego me iban a dar un ‘kit del defensor’… (bromea). Estoy sufriendo en carne propia el dicho que dice que las cosas de palacio van despacio… Y me está costando. Se me empiezan a acumular casos y es durísimo decirles a esas personas que de momento no puedo ayudarles, porque ya he tenido tiempo de escuchar historias que, de verdad, me conmueven. Por no saber no sabemos, de momento, ni dónde va a estar mi oficina. En mi opinión, tendría que haber una en Badajoz y otra en Cáceres.

-¿Quiénes espera que sean los que más soliciten sus servicios?

-Basándome en la experiencia de los defensores de otras universidades, con los que estoy trabajando para pedirles asesoramiento, me queda muy claro que más de la mitad de los casos serán de estudiantes. En mi poco tiempo de andadura he acumulado doce o catorce casos y nueve son de alumnos.

-¿Para qué temas?

-Creo que al principio va a haber un aluvión de casos sin cribar porque la gente todavía no tiene muy claro cuál es el campo de actuación del Defensor. Las primeras impresiones que tengo son que, de alguna manera, voy a conocer las ‘miserias’ de esta comunidad de 30.000 personas que es la Universidad de Extremadura y que, por supuesto, no pueden serme indiferentes. Tengo como objetivo aprender a ver más allá del caso concreto, ver qué hay detrás. Porque una de las mayores armas del Defensor son las actuaciones de oficio, que pueden ser producto de observar y analizar los casos y quejas que me lleguen. No quisiera caer en que el árbol no me deje ver el bosque.

-¿Hasta dónde llega su poder?

-No tengo poder ejecutivo ninguno, porque de lo contrario se lo tendría que quitar a alguien. Eso lo quiero dejar muy claro: yo no estoy aquí para quitarle poder a nadie. Mi función es ser mediador cuando existe un litigio entre dos partes. Siempre que ambas estén de acuerdo en someterse a mi dictamen, mi decisión será vinculante. En el resto de los casos, lo que puedo hacer son propuestas y recomendaciones. La autoridad del Defensor hay que ganársela y tiene que ser moral.

-¿En qué casos no puede actuar?

-Cuando haya un litigio con la Universidad por un asunto laboral, una admisión de plaza o un alumno con problemas disciplinarios, cuyos casos estén ya en manos de la justicia. Entonces tendré que justificarles, porque así lo exige el reglamento, el por qué no puedo actuar, porque no sería admisible el silencio administrativo. Tampoco puedo entrar en algunos temas hasta que hayan sido agotadas las vías oficiales para hacerlo en el tema de revisión de exámenes, por ejemplo.

-¿Cuál será la nota que predomine en el ejercicio de su cargo?

-En mi opinión, el principal valor que hay que preservar es la confidencialidad. De hecho, parte de los retrasos que estamos sufriendo a la hora de poner esto en marcha es por garantizarla. Eso se tiene que conseguir desde en la ubicación física del Defensor hasta en la forma de registrar la documentación…

-De momento sólo se conoce el nombre de su adjunto, Valentín Gómez Escobar ¿está trabajando ya en la elaboración de su equipo?

-Sí. Para mí es muy importante que sean de mi entera confianza y que me puedan aportar visiones complementarias. Contemplo la posibilidad de que haya algún estudiante, alguien del sector de administración y servicios y, por supuesto, profesores. También quiero incidir en que haya gente de Badajoz y de Cáceres. Soy consciente de que voy a necesitar mucha ayuda de todos ellos y quiero que esto sea un trabajo en equipo.

-Su andadura coincide con la del nuevo equipo de Gobierno, ¿existe un buen entendimiento entre ustedes?

-Hasta ahora sí. Yo creo que tenemos funciones muy diferentes. Les he dejado muy claro que en este barco que es la Universidad el timón lo lleva el rector. Yo no me voy a meter en política universitaria. Mi labor es asegurarme de que todos los mecanismos y cada uno de los engranajes del barco funcionen a la perfección. Uno de los impedimentos que pudo haber en el pasado para elegir un Defensor es que había quien pensaba que podía ser un contrapeso a la figura del rector y yo no pretendo eso para nada. Tampoco hacerle sombra o un ‘marcaje’.